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Organizamos visitas a experiencias agroecológicas en las que los y las productoras nos explican de primera mano cómo compaginan la producción de alimentos saludables con la conservación y mejora de los recursos naturales.
VERDE QUE TE QUIERO VERDE... Y REVERDE
El sábado 18 de febrero estuvimos conociendo la finca de SCA La Verde de la mano de Manoli, hija de aquellos jornaleros sin tierra que hace 30 años ocuparon estos terrenos a orillas del Río Guadalete, para darle vida productiva y agroecológica. Aprendimos sobre la importancia de conservar el patrimonio agrícola local mediante la creación de un banco de semillas, ese tesoro que nos están robando las grandes corporaciones, o recuperar variedades como la primigenia zanahoria morada, o adaptadas a las condiciones climáticas locales. Nos dimos un nutritivo paseo entre coles de bruselas, rabanitos, kales, acelgas rojas, amarillas y verdes, rúculas, romanescus... donde el grupo de asistentes de la Universidad Pablo de Olavide se convirtieron por momentos en un grupo de roedores que se llenaban los carrillo de hoja, raíces y cualquier fruto que Manoli les proporcionaba con generosidad y alegría. Una experiencia sensorial a todos los niveles, incluido el calor primaveral que nos tostó los cuellos un poquito, promovida por el Cei CamBio. Muchas gracias Manoli
De nuevo fuimos acogidos a manos llenas por Cristina Diaz, agricultora agroecológica que alimenta a numerosas personas situadas en un radio máximo de 20 km desde su finca, El Laurel del Cantillo, desde hace años. Esta vez nos acompañaba el grupo de sostenibilidad de Biblioteca Universidad de Sevilla. Aprendimos mucho y pudimos aprender de primerisima mano cómo se lleva adelante un proyecto de estas características, empapandonos de la fuerza y la energía que tanto las plantas como su domadora nos transmitieron esa mañana fría y ventosa que disfrutamos colectivamente... deseando volver...
El sábado 3 de diciembre tuvimos la suerte de conocer la finca agroecológica El Laurel del Cantillo de la mano y voz de Cristina, la domadora de plantas adventicias, que se dedica en cuerpo y alma a producir alimentos sanos y respetuosos con los ecosistemas y las personas. Partiendo de la historia de cómo llegó su familia a esa finca nos explicó la importancia de cuidar el suelo como base primordial, interpretar lo que las plantas nos dicen con su sola presencia o ausencia, los diferentes tipos de manejos manuales o mecánicos, las rotaciones de cultivos dentro de la finca o los canales de distribución que han ido creando para llevar sus productos hasta el consumidor final sin perder por el camino la coherencia y ecología, para lo cual se implicaron hace más de dos décadas en la creación de La Ortiga, Cooperativa de Consumo Ecológico . Su padre Gregorio, cual profeta hinojado, también nos ilumino sobre los inicios y motivaciones que les llevaron a emprender este proyecto familiar. Fue una mañana la mar de interesante y nutritiva en todos los sentidos. La comida del futuro será agroecológica, local y de temporada... o no será.